El teatro ha sido durante mucho tiempo un arte que despierta emociones, reflexiones y conexiones en los espectadores. Sin embargo, su verdadero significado va más allá de simplemente entretener. En la intersección entre la realidad y la ficción, el teatro despliega un significado dual que impacta tanto a quienes lo representan como a quienes lo experimentan desde la platea.
La representación teatral: una ventana a mundos imaginarios
Imagina un escenario oscuro, iluminado solo por la luz tenue de un foco central. Los actores entran en escena y, en un instante, se transforman en personajes con vidas propias, con deseos, miedos y conflictos. Es en este preciso momento que el teatro cobra vida, transportando al público a mundos imaginarios donde la realidad se entremezcla con la ficción de manera mágica.